sábado, 29 de diciembre de 2012

Para tomar conciencia...

Dicen los expertos en psicología, que el primer paso para corregir los errores o malos hábitos es tomar conciencia y asumir que lo que estamos haciendo está mal.

El hombre, con su ventaja evolutiva de tener la "inteligencia" más avanzada de éste planeta (hasta donde creemos saber ;) ha tenido el poder de crear ingeniosos inventos, modificar su entorno a su conveniencia y alcanzar logros maravillosos.

Citando al tío Ben de Peter Parker (Spiderman), "con un gran poder, viene una gran responsabilidad"... y lamentablemente, la humanidad ha sido muy poco responsable.

Así como nos enorgullece construir grandes y modernas ciudades, encontrar la cura a complejas enfermedades, explorar el espacio y crear una red global (junto a sofisticados dispositivos) que nos permiten hoy en día compartir grandes cantidades de información en segundos y comunicarnos de maneras que los tripulantes de StarTrek envidiarían, debemos avergonzarnos y dejar de hacernos la vista gorda a la hora de asumir que en el proceso de nuestra evolución hemos modificado drástica y negativamente el entorno en el que vivimos.




Acabamos con una buena parte de la biodiversidad de "nuestro" planeta (y lo encierro en comillas porque el hecho de que lo habitemos no quiere decir necesariamente que nos pertenece... al menos no exclusivamente). Con las que no hemos acabado, una buena parte está en peligro de extinción... y a las que aún no han entrado en peligro de extinción no les estamos haciendo las cosas fáciles.

Y es que no sólo matamos directamente centenas de especies para nuestro provecho, sino que nuestros residuos (y no hablo del natural de nuestros esfínteres), aquellos consecuencia de nuestro "desarrollo" están haciendo daños profundos, impactantes y posiblemente irreversibles de una manera tan acelerada en las últimas décadas que lo que ponen en riesgo todo el entorno en el que vivimos y del que dependemos. Por lo que lo que está en juego es nuestra propia existencia.


Un par de ejemplos de éste tipo de daños son:

1) La gran contaminación oceánica, sin contar las consecuencias de desechos tóxicos de distintas composiciones químicas, la isla de plástico que se forma en el pacífico donde convergen las corrientes oceánicas del mundo ya tiene un tamaño escalofriante 3,4 millones de kilómetros cuadrados, gracias a las 6 millones de toneladas de residuos que "dejamos caer" al mar cada año.

Puedes leer más sobre éste asqueroso fenómeno en:

http://america.infobae.com/notas/50880-La-isla-de-basura-sera-tan-grande-como-Europa

http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2012/05/120509_plastico_oceano_am.shtml

http://www.rinconabstracto.com/2011/04/isla-de-plastico-gran-problema-de.html


2) La increible cantidad de CO2 y otros contaminantes que liberamos a atmósfera gracias a la quema de combustibles fósiles como principal fuente de producción de energía. Que no sólo desmejora cada vez más la calidad del oxigeno que necesitamos (no solo los humanos), sino que tiene consecuencias terribles para el clima de nuestro planeta. (ver http://es.wikipedia.org/wiki/Una_verdad_inc%C3%B3moda)


Por ahora, vamos a dejar el reconocimiento de irresponsabilidades para no parecernos a los malinterpretadores del calendario Maya. Pero seamos claros, es hora de empezar a cambiar. Y como enseña el refrán... "Loro viejo no aprende a hablar" yo creo que los "adultos" difícilmente cambiaran radicalmente (como es necesario) el estilo/costumbre de vida, sobre todo cuando los cambios necesarios tienen que ver con la implementación de leyes y tecnologías que "no les convienen" a los líderes del mundo actuales. Por lo que (emho) lo mejor que podemos hacer es enseñarles a nuestros hijos con vergüenza pero sin tapujos nuestros errores y sus consecuencias para que la sociedad de las generaciones futuras exijan e implementen los cambios que nuestras costumbres ameritan para salvar "nuestro" hábitat.

Siempre se dice que debemos dejar un "mejor planeta a nuestros hijos", definitiva y lamentablemente ese objetivo no lo hemos logrado... por lo que nos queda es dejarle mejores hijos a nuestro planeta.




Entendámoslo... hasta la próxima.

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